Había una vez un Santo muy preocupado porque nadie le rezaba ...
La gente le rezaba a San José, a San Pedro, a San Isidro; pero nadie a él...
Así que pidió una reunión con Dios y éste le recomendó:
Haz unas tarjetas de presentación y repártelas por todo el mundo. Di que haces milagros por encargo, pero, eso sí, no se las des ni a los GAYS, ni a las mujeres de LA VIDA FÁCIL.
Pregunta…
¿Cómo se llamaba el Santo?
¿¿¿ …, …, ???
¡¡¡ Piensa !!!
¡¡¡ … !!!
¡Ah! ¡¡¡ Já, Já Já Já !!!
No te dieron tarjeta, ¡eh eh!
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